Amig@, la tarjeta de crédito es ese plastiquito que amamos y odiamos a partes iguales, ¿cierto? Nos salva la vida cuando queremos darnos un gustico o necesitamos pagar algo ya mismo, pero uff, también puede convertirse en una pesadilla si no la manejamos bien.
Te explico, la tarjeta de crédito es como ese amigo generoso que te presta plata cuando la necesitas, ¡pero ojo! Es un préstamo con fecha de devolución, y si te demoras en pagarle, ¡te cobra intereses! Y no cualquier interés, ¡intereses bien pesaditos!
El error más común: Creer que es una extensión de tu salario 🤦♂️
A ver, pon atención, porque aquí está el truquito: tu tarjeta de crédito NO es una extensión de tus ingresos. Te lo digo porque este es el error que tooodos cometemos la primera vez que sacamos una. Por ejemplo, si tu sueldo son $3 millones y tu tarjeta tiene un cupo de $2 millones, no significa que tengas $5 millones para gastar como si nada. ¡Error!
Lo que gastas con la tarjeta de crédito lo tienes que pagar sí o sí, entonces si te pasas, cuando llegue la hora de la verdad (a.k.a. la fecha de pago), puede que no tengas con qué cubrir todo. ¡Y ahí es donde empiezan las deudas! 😱
¡No pagues el mínimo! 🚨
Aquí va otro consejo de oro: cuando veas que te ofrecen pagar solo el mínimo de tu deuda, corre en la dirección contraria. El pago mínimo es la trampa más grande de los bancos. Te lo ponen bonito, como si fuera la opción más fácil, pero al final del día te estás enterrando en una bola de nieve de deudas. Si pagas solo el mínimo, los intereses se empiezan a acumular, y eso se va haciendo más y más grande, ¡como si estuvieras alimentando a un monstruo!
Mi consejo es pagar siempre lo máximo que puedas, o mejor aún, ¡pagar toda la deuda! Así no tendrás que preocuparte por intereses ni sustos cuando veas tu extracto bancario.
¿Cómo sacarle el jugo a tu tarjeta de crédito sin caer en tentaciones? 🍍
Lo mejor de las tarjetas de crédito es que, usadas bien, ¡pueden ser nuestras aliadas! Muchos bancos ofrecen beneficios como cashback, puntos o descuentos. Eso está genial, pero solo si vas a aprovechar esos beneficios en cosas que de verdad necesitas.
Por ejemplo, yo uso mi tarjeta para comprar libros, cursos y cosas que ya están en mi presupuesto. Entonces, esos puntos extra son una ganancia. Pero si empiezas a gastar solo porque “te devuelven el 10% en restaurantes”, ¡cuidado! No vayas a terminar comiendo fuera solo para ganar puntos y gastando más de lo que tenías pensado.
Consejo final: ¡Paga a una sola cuota! 🔥
Este es el tip clave: trata de pagar siempre a una cuota. Si difieres los pagos en muchas cuotas, terminarás pagando más en intereses. Y claro, no es la idea.
Recuerda, la tarjeta de crédito es una herramienta increíble cuando la usas con cabeza. Así que, úsala para lo que realmente necesitas y siempre trata de pagar el total de tu deuda. Si haces esto, te prometo que tu relación con las tarjetas será de amor, no de odio.
Pd: Te amo!